Anticipo: De brócolis al pesto

que pena
sentados él y yo
como dos perfectos desconocidos...

miro de soslayo su boca gorda
donde asoman esos dientes enormes
que me encantan
y que desde hace demasiado
no asoman
porque ya no esboza sonrisas al verme
y es que últimamente ni siquiera ríe...

y en eso me concentro
en que esos
NO
son los labios que me gusta besar con detenimiento...

esos desaparecieron
en el sofá de mi casa
tras devorar una hamburguesa
que no vomitó...

desaparecieron tras las palabras
que se arrepintió de pronunciar.