El orden II

Restos autocuidado han llenado mi cajón de braguitas que no son mías
intimidad sin interés y a plazo fijo
de algodón
raso
o encaje
... para hacer tiritas
pedacitos de noches de nana para el corazón.

Las visitas I

Me cuesta hacerlo protocolario
como si nunca fuera suficiente
como si nunca estuviera preparada...

mejor que sea espontáneo
improvisar
que como yo
esta casa es tímida para actuar con guión.

El orden I

adoro llegar a casa
y la sutileza del rastro de tu presencia
siempre
eso sí
que escribamos adrede
nuestra historia
usando el mismo lápiz...
mientras
adoro llegar a casa
y encontrar todo tal y como lo dejé.

Mi habitación II

la sangre ferrosa se apelmaza sobre el jergón sin muelles
bajo el cual alguien dejo un somier de imán
que me acolcha los sentidos
y me dices que cuando estás aquí siempre lo piensas
y no se a que te refieres
y me dices que deberíamos separarnos
y aparece un dolor agudo, tibio...
y esta mierda polarizada no me deja moverme,
apartar mi cara de tu aliento
que están demasiado cerca...
obligada a escuchar sin poder agachar la cabeza

La de otro I

ama de llaves de tu intimidad
que tímida también acepto
me aproximo con reservas a tus rincones
ocupando sigilosamente tu espacio
...
respiro el vacío y el silencio
que me llenan de luz
entre incienso y almohadas
respiro
...
me turba este olor
que es como besarte el cuello
y voy borrando mis huellas
desandando el camino...

...y me regodeo jugando a ser tu mujer
y marchándome a casa de otro a seguir haciendo lo mismo.