Mi habitación II

la sangre ferrosa se apelmaza sobre el jergón sin muelles
bajo el cual alguien dejo un somier de imán
que me acolcha los sentidos
y me dices que cuando estás aquí siempre lo piensas
y no se a que te refieres
y me dices que deberíamos separarnos
y aparece un dolor agudo, tibio...
y esta mierda polarizada no me deja moverme,
apartar mi cara de tu aliento
que están demasiado cerca...
obligada a escuchar sin poder agachar la cabeza