Tienes el don
de inundarlo todo con tu presencia.
El suelo del baño,
a codazos con las cortinas,
o con la micromampara calcárea,
con tu manía
de no secarte bien...
y el fregadero,
mientras enrollo sushi
o te quemo la lengua con pesto humeante...
y la mesa,
distraido,
desbordando el caldo de los platos
parafraseando a Mafalda...
y mi cuerpo
sólo con rozarme,
" shhhhh, quieta"